domingo, 29 de julio de 2012

Un drama nuevo de Manuel Tamayo y Baus.




Manuel Tamayo y Baus, Un drama nuevo, ed. de Julio Checa (Madrid: Biblioteca Nueva, 2002), p. 123.

"- Shakespeare: Engendra ruindades la emulación; mas por ella vence el hombre imposibles. Déjala revolcarse en el fango, que alguna vez se levantará hasta las nubes".

       Sin haber alcanzado todavía el final finalísimo del drama nuevo de Tamayo y Baus, recojo las palabras que Don Guillermo pronuncia en la pieza de 1867 (representada por vez primera en el Teatro de la Zarzuela el 4 de mayo de 1867), para contradecirlas, del mismo modo que, previsiblemente, hará el dramaturgo español.
Verdades dice, como siempre ha hecho, Shakespeare en sus palabras, pero verdades dice si pensamos en la representación como dependencia directa de la realidad (o, dicho de otro modo, de la relación unidireccional entre el texto original y su traducción/copia/adaptación). Pero ¿qué ocurre si la "emulación" es más real que el propio objeto representado, o si la copia supera al original (como se insinúa en Copie Conforme de Abbas Kiarostami)? Entonces la representación teatral, en este caso, no sería grandiosa sólo cuando eleva el vuelo y alcanza las nubes, sino que lo sería siempre en cuanto que realidad absoluta.

Al fin y al cabo, no hay nada más real que la ficción.