sábado, 15 de octubre de 2011

Lo que sé de los hombrecillos de Juan José Millás, 2010.


Sin duda J.J. Millás es uno de mis escritores favoritos. 
Por mágico, original y valiente. Y, sobre todo, por haber escrito El desorden de tu nombre, la única novela que siempre quise haber escrito. 
Pero Lo que sé de los hombrecillos (que acabo de terminar hace diez minutos) es una novela engañosa. El título y la portada parecen indicar que va a seguir la estela de su colección de cuentos Los objetos nos llaman (fantasiosos y divertidos) y, sin embargo, se trata de una historia que parece haber cogido la idea (ingenua) de aquél y la ha convertido en una auténtica pesadilla.

No es ni aburrida ni mala, pero sí inquietante y desagradable en ciertos momentos. La novela empieza con la presencia de unos hombrecillos en la vida de un profesor universitario. Éstos siempre han estado ahí, pero en un momento determinado, crean, con pequeños trozos del protagonista, un hombrecillo idéntico a él. Este será el punto de partida de un viaje más siniestro que hermoso. 

Habiéndola leído con interés, la novela me dejó un mal sabor de boca, recordándome que el ser humano tiene la miseria mucho más cerca de lo que piensa.

Y aunque quisiera, tampoco podría decir mucho más. Porque siempre hay obras que te dejan sin palabras y ésta es de ellas. 

NOTA: 5

martes, 4 de octubre de 2011

Teatro Crítico Universal de Feijoo.


"Puede decirse que para ser tenido un hombre en el pueblo por sabio no hace tanto al caso serlo como fingirlo [...] Más oportuno es, para ganar créditos, delirar con valentía que discurrir con perplejidad". De "Sabiduría aparente", Tomo II.

Si los llamaban ilustrados, sin duda, era por algo.